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Hasta este momento, hemos tratado la función fisiológica del aparato reproductor humano. Sin embargo, las relaciones sexuales humanas no tienen como único fin la reproducción. Son una forma de comunicación entre dos personas que expresan sus sentimientos, tengan o no la intención de concebir un nuevo ser.

La relación sexual no se limita únicamente al coito, sino que entran en juego muchos estímulos (visuales, olfatorios y, sobre todo, táctiles), que producen respuestas agradables.

En la sexualidad humana, el cariño y la ternura permiten disfrutar de la relación sexual de una forma más completa. Además, son imprescindibles el acuerdo y la complicidad, ya que nunca puede llevarse a cabo una acción en contra de la voluntad de la otra persona. Un mismo estímulo puede desencadenar respuestas distintas en diferentes personas, ya que existen factores como la capacidad imaginativa, la educación recibida o la influencia cultural, que condicionan la vida sexual de las personas.

Durante una relación sexual, tiene lugar una serie de estímulos que causan una progresiva excitación, de forma que los órganos sexuales se preparan para el coito; se produce la erección del pene y la lubricación de la vagina. Posteriormente, si se alcanza un cierto nivel de tensión sexual, aunque no exista coito, se produce el orgasmo, que es el punto culminante de la respuesta sexual. Se caracteriza por un intensa sensación de placer que, en el caso del hombre, va acompañada de la eyaculación.Por último, hay una fase de relajación, y el organismo regresa al estado anterior a la excitación. 

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Enfermedades de transmisión sexual

Se incluyen dentro de este grupo todas aquellas enfermedades que pueden transmitirse a través de una relación sexual, aunque algunas de ellas pueden contagiarse también por otras vías. Si una persona enferma mantiene relaciones sexuales con una persona sana, el riesgo de contagio de esta última es muy elevado.A pesar de los avances médicos, estas enfermedades continúan contrayéndose en la actualidad debido, principalmente, a dos factores:

  • Mayor promiscuidad de las relaciones sexuales, es decir, que éstas se producen con distintas personas y no con una sola pareja; e inicio de las relaciones en edades más tempranas

  • Falta de información acerca de los métodos preventivo

Son enfermedades de transmisión sexual la gonococia y la sífilis, causadas por bacterias, y el herpes genital, la hepatitis B y el sida, provocadas por virus. Otros microorganismos, como protozoos y hongos, pueden causar dolencias que afectan a los órganos sexuales.

Éstas son algunas de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes. Todas se previenen utilizando el preservativo:

Infección gonocócica Producida por la bacteria Neisseriagonorrhoeae

En los hombres, la parte infectada es la uretra, y los síntomas son la necesidad frecuente de orinar y el dolor que produce la emisión de la orina, así como una secreción amarillo-verdosa.

En las mujeres, afecta a la vagina, y el único síntoma es la secreción amarillo-verdosa. Puede transmitirse al feto durante el parto y producirle una fuerte irritación en los ojos denominada oftalmia gonocócica. Por esta razón, para prevenir la infección, a todos los recién nacidos se les aplican unas gotas desinfectantes después del parto

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Sífilis Producida por la bacteria Treponemapallidum

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En la zona genital se producen unas lesiones similares a las llagasdenominadas chancros. Si no se trata, la enfermedad causa deterioros en los sistemas nervioso y circulatorio. Puede transmitirse al feto a través de la placenta, causando la sífilis congénita, que provoca graves deformaciones óseas, llagas ytrastornos como la neumonía

Herpes genital Producida por el virus del herpes simple (VHS)

En los genitales aparecen vesículas en forma de racimos, que pueden extenderse a las zonas próximas y ulcerarse. Causan un picor y dolor intensos, además de fiebre y dolor de cabeza.

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Clamidiasis Producida por la bacteria Chlamydia trachomatis

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Puede infectar la vagina, el cuello del útero, las trompas de Falopio, el ano, la uretra y los ojos.

Los síntomas más habituales suelen ser: sangrado entre períodos menstruales o después del coito, dolor abdominal, fiebre, necesidad de orinar más de lo habitual y micciones dolorosas. Si no se trata, puede causar problemas serios de salud como la enfermedad inflamatoria pélvica, que puede causar infertilidad o embarazos ectópicos

Verrugas genitales Cáncer de cuello de útero Producidos por el virus del papiloma humano (PVH)

El PVH es la causa principal del cáncer de cuello uterino, causando también las llamadas verrugas genitales. Se transmite por contacto directo piel con piel. La prueba de Papanicolau permite una detección temprana del virus aumentando las probabilidades de éxito del tratamiento. Actualmente existe una vacuna que está en proceso de incorporación al calendario oficial de vacunación.

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El sida

El nombre de la enfermedad (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) ya define sus características. Así, es un conjunto de alteraciones, o síndrome, que se produce cuando el virus de la inmuno- deficiencia humana (VIH) ataca al sistema inmunitario y provoca su funcionamiento deficiente; se adquiere por contagio. El virus causante del sida fue descubierto en el Instituto Pasteur de París, en 1983. En el transcurso de los dos años siguientes, se pudieron conocer las principales características del virus:

  • Es un retrovirus, es decir, su ARN se transcribe en ADN durante el proceso de infección.

  • Ataca, principalmente, a los linfocitos T4, que forman parte del sistema inmunitario humano.

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El organismo queda sin capacidad para defenderse y se producen infecciones repetidas y tumores, que son la causa de la muerte de los enfermos de sida. El mecanismo de acción del virus es el siguiente:

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Para que el virus llegue a los linfocitos, existen tres vías de contagio:

  • Vía sanguínea: Son vías de contagio los contactos directos con sangre contaminada, en una herida, en transfusiones y, en especial, a través de agujas y jeringuillas contaminadas. En España, ésta es la principal vía de contagio, y afecta a un 60 % de los enfermos de sida.

  • Vía sexual: Las secreciones vaginales o el semen transmiten el virus, si se ponen en contacto con las mucosas que recubren los órganos sexuales. El riesgo es mayor si existen pequeñas heridas o úlceras en las zonas que entran en contacto. El contagio se produce tanto en relaciones homosexuales, como heterosexuales.

  • Vía materno-filial: Cuando una mujer embarazada está infectada por el virus, puede transmitirlo al feto a través de la placenta, también en el momento del parto, a través de pequeñas heridas, o por la leche materna durante la lactancia.

Síntomas y desarrollo de la enfermedad Una vez que el virus ha entrado en el torrente sanguíneo, se suceden una serie de fases en la evolución de la enfermedad, que pueden variar de un individuo a otro.

• A los pocos días, aparecen unas molestias parecidas a un resfriado, con fiebres altas, y en ocasiones, una erupción que desaparece a las pocas semanas. Esto es debido a que el organismo comienza a desarrollar los primeros anticuerpos para combatir el virus.

• Si se practica un análisis de sangre durante los tres meses posteriores a la infección, puede ser que no se detecten anticuerpos, ya que normalmente éstos se encuentran aún en concentraciones muy pequeñas. Este es el denominado período ventana.

• A partir del tercer mes pueden detectarse anticuerpos, y se dice que las personas que los presentan son seropositivas. Tienen la capacidad de transmitir el virus a otras personas, aunque quizá nunca presenten sida o tarden años en desarrollarlo.

• El desarrollo de la enfermedad varía según cada enfermo. En general, al cabo de cinco años de haber contraído la infección, el 14% de los afectados desarrolla el sida; a los diez años, afecta al 50%.

La destrucción de los linfocitos T4 provoca la aparición de las primeras enfermedades infecciosas y tumores. A continuación, exponemos los problemas de salud más frecuente

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El sida es la enfermedad infecciosa más grave aparecida en la actualidad. Afecta a millones de personas en todo el mundo, por lo cual adquiere la denominación de pandemia. La mayoría de los afectados se concentra en el África subsahariana y en el sur y sudeste de Asia. La vía de contagio predominante varía según la zona. Así, en Europa y América del Norte la mayor parte de los enfermos son consumidores de drogas por vía intravenosa y homosexuales, mientras que en África el contagio más frecuente son las relaciones heterosexuales.

La enfermedad se da, principalmente, en los adultos jóvenes, lo que interfiere en el desarrollo social y económico de los países más afectados, que son los más pobres.España es uno de los países europeos más castigados por esta enfermedad, a causa de las drogas. El primer caso de sida se detectó en 1981; desde entonces hasta junio de 2007 se registraron 74 885 casos. En los últimos años se ha observado una disminución de los contagios por consumo de drogas por vía intravenosa y por transmisión homosexual, acompañada de un incremento relativo de los contagios por transmisión heterosexual.

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Hasta el momento no se dispone de una vacuna para la prevención ni de un tratamiento eficaz que pueda ser aplicado a todos los afectados. El esfuerzo de los científicos se centra, principalmente, en combatir el virus cuando ya ha infectado al paciente, aunque también se está trabajando para encontrar una vacuna. La única medida preventiva consiste en evitar el contagio; pero, a pesar de ello, la información sobre las medidas de prevención y el material para llevarlas a cabo no suelen llegar a grupos de población marginales o a países menos desarrollados.

Prevención

El conocimiento actual acerca del virus y sus vías de contagio permite establecer unas normas concretas y muy sencillas para evitar contraer la enfermedad.

  • Utilizar preservativo cuando se mantengan relaciones con una pareja no estable o en el caso de que la pareja, a pesar de ser estable, pueda estar infectada.

  • No se deben compartir jeringuillas, cuchillas de afeitar, cepillos de dientes u otros objetos que puedan haber estado en contacto con la sangre de personas infectadas.

  • Las mujeres que padezcan la enfermedad, o sean portadoras del virus, deben evitar tener hijos. Si los tienen, no han de amamantarlos.

No debe temerse el contagio en un centro hospitalario, ya que el material que se utiliza para llevar a cabo las extracciones de sangre o las transfusiones es de un solo uso. Además, la sangre de los donantes es sometida a minuciosos análisis.

Diagnóstico

El método más utilizado para diagnosticar el sida es la técnica de ensayo inmunoenzimático, que permite detectar la presencia de anticuerpos específicos contra el VIH en la sangre. Como ya hemos indicado, en la mayoría de los casos éstos ya se han desarrollado a los tres meses de la infección.Para cuantificar el número de copias del virus por mililitro de sangre se utiliza el método denominado de la carga viral.El recuento de linfocitos T4 en la sangre también es útil para conocer el grado en que ha progresado la infección. Cuanto más bajo es el nivel de linfocitos T4, más avanzada se encuentra la enfermedad y, por tanto, peor es su pronóstico.

Tratamiento

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En el corto período de tiempo que ha transcurrido desde el descubrimiento del virus, el tratamiento de la enfermedad ha variado sustancialmente. Desde el principio, se ha intentado buscar un método para destruir a los virus. Se comenzó utilizando fármacos que, en muchas ocasiones, producían efectos tóxicos debido a su actividad agresiva sobre el organismo. Actualmente se usan combinaciones de fármacos también agresivas, pero que resultan más efectivas sobre el virus, y que se adaptan a cada paciente. Se ha observado que, si se ataca al virus desde las primeras etapas de la infección, se obtienen resultados muy esperanzadores. Los nuevos tratamientos se basan en utilizar dos o tres inhibidores de los enzimas que necesita el virus del sida para completar su ciclo vital, principalmente de la transcriptasa inversa. Los inhibidores evitan que este enzima desarrolle su actividad, con lo que el virus no puede replicarse.

Convivir con una persona portadora del virus VIH

Es posible que algún día nos encontremos con una persona cercana que nos confiese que es seropositivo o incluso que está enfermo. ¿Cuál será nuestra reacción?En general, existe un temor extremo al contagio, por lo que muchas veces se toman medidas de prevención exageradas y equivocadas, como no acercarse a un enfermo ni tocarlo, o creer que beber del mismo vaso puede ser contagioso. Convivir con una persona infectada por el virus VIH no conlleva prácticamente riesgo si se toman las medidas de prevención antes citadas. Es conveniente también lavar la ropa, las sábanas y las toallas con lejía si se ensucian de sangre, semen o secreciones vaginales de estas personas.Tener un hermano, un hijo o un compañero de clase que padezca sida no implica ningún peligro. Sin embargo, en muchos casos, el temor a contagiarse provoca que los enfermos se vean marginados de su entorno familiar, social y laboral. La soledad de estas personas se añade, muchas veces, a su sufrimiento físico y al temor a la muerte.El desconocimiento de esta enfermedad, que hasta ahora parecía incurable, es sin duda la causa del temor que origina. La información es el mejor método para disipar dudas y plantar cara al sida; no debemos huir del problema, porque no afecta a una minoría, sino a toda la sociedad. La solidaridad, tanto individual como colectiva, es un factor imprescindible para poder combatir la enfermedad de forma efectiva y eliminar el virus. En la actualidad, el problema es especialmente grave en los países menos desarrollados, donde la enfermedad se sigue propagando sin control debido a la ignorancia y la pobreza de las personas

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